Wednesday, June 16, 2010

La Cuchi-Barbie (segunda parte)

Por @OmarGamboa

- Más sabe la diabla por vieja que por diabla -

(Aquí la primera parte)



Llegó ella muy cumplida en su carro negro y lo recogió. Él no sabía cómo saludarla pero Verónica le evitó el lío dándole sendos besos, que de nuevo le quitó el habla a Andrés. Ahí fue cuando él notó que la faldita que llevaba era bastante corta y que esas piernas se veían muy bien mientras ella conducía. No parecían piernas de una mujer tan madura como Verónica. Ella conocía muy bien a los hombres y sabía mil maneras para seducir, sin lugar a dudas. De camino Verónica le dijo "ven, pasemos por allí por Carulla y compramos algunas cositas". "Claro, el guaro, los paquetes de papas, los chicles... lo de siempre", pensó Andrés. Estando en Carulla ella se desvió y fue por queso, vino... y en la caja tomó condones y mentas. Andrés estaba fascinado.

En el carro él no podía apartar la mirada de las piernas de Verónica y ella lo sabía, porque cada vez lo provocaba más. Él no sabía para dónde iban, pero lo fue descifrando cuando notó que no era para el apartamento de ella. Terminaron entrando a uno de los moteles con mejor 'nombre' de la ciudad. Cuando vio el nerviosismo de Andrés, ella le dijo "fresco, yo pago". Entraron y Andrés vio todo muy diferente. En este la cama se veía hasta bonita. Había jacuzzi y sauna. "No, no, no. Esto es otro mundo". Seguramente Verónica ya había ido porque sabía exactamente cómo utilizar cada cosa. Cómo encender el sauna, el jacuzzi... mientras que Andrés sólo le atinó al On/Off del equipo de sonido. Ella magistralmente se quitó toda la ropa y le empezó a quitar una a una las de Andrés. Eso era como un sueño para él. Sentía por primera vez que se lo iban a comer, y no al contrario. Después de dejarlo completamente desnudo, lo tomó de la mano y lo llevó al jacuzzi, que había puesto a llenar previamente. Tomó un par de frasquitos y los desocupó en el agua. "Son las sales para la espuma, Andresito".

Entraron al agua y ella tomó el control de la situación. Literalmente. Al poco rato ella salió de allí, cubierta únicamente de espuma... escultural. Volvió con la botella de vino y dos copas, que empezaron a beber. De nuevo en la tina, fue donde Andrés aprendió para qué son las dichosas salesitas esas. Allí fue donde ella le explicó que los grifos no son sólo para sacar agua y que el chorro, las burbujas del jacuzzi, no es sólo para la espalda. Mucha información nueva para tan poco tiempo, pero Andrés supo desenvolverse satisfactoriamente. Ahí descubrió para qué eran las mentas heladas. No para después del queso, no. Sino para refrescar otros lugares de sus anatomías. Además entendió por qué no podía ser cualquier menta. Desde ahí él las adora. A las mentas y a las cuchi barbies.

Después de una larga y extenuante jornada, decidieron salir de la tina y relajarse en el sauna. Bueno, relajarse es un decir porque Andrés, que nunca había estado en un sauna, sentía que no tenía aire y que se le quemaba hasta el culo. Literalmente. No se imaginaba teniendo sexo en condiciones tan extremas, como Verónica insinuó. Andrés regresó a la habitación, a tomar aire y a esperar a Verónica. Por supuesto cuando ella llegó, sació su insatisfecha necesidad. Y la volvió a saciar. Y la volvió a saciar. Andrés llegó a las 7 de la mañana a su casa, extenuado pero con una risita pendeja que le duró un buen rato.

Al buen tiempo se volvieron a ver, esta vez en el apartamento de ella. En esta ocasión ella le mostró su "kit especial": un maletincito pequeño en el que tenía toda suerte de cremas, cremitas, esponjas, juguetes, esencias y aceites -chicles, mentas, maní, caramelo-. Andrés aprendió en dos noches más que en el resto de su vida. Fue un curso intensivo de kamasutra y accesorios. Al parecer lo pasó con honores porque ella lo siguió llamando. 

Como era de esperarse la vida siguió su rumbo y él volvió a salir con las amigas de su edad, sus compañeras de clase. Aprovechó para enseñarles algunos de sus nuevos 'trucos'. Lo que a él no le gustó fue que ella después re apareció y le hizo reclamos a Andrés por perdido. Le hizo escenas de celos, le reclamó el tiempo invertido, y que ella le tenía copia de las llaves de su apartamento, que el cepillo de dientes y demás. Ahí él entendió por qué Verónica no tenía pareja. Al principio él se disgustó y se apartó. Pero con el tiempo fue entendiendo. No era sólo sexo. Es que las viejitas también tienen su corazoncito.

8 comments:

  1. Muy rápido el final. Y Yo también tengo un amigo que le paso algo parecido.

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  2. si, coincido con Aretino, muy rápido no solo el final, toda la 2° parte, no sé por qué esperaba algo más, que se los pillaran, que el man no estuviera a la altura de la situación, que la vieja le invitara a un trío, algo asi ja
    pero bueno para leer.

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  3. Toda la razón. Para la próxima las alargo más, si el tema da para eso. Me faltó dejar volar la imaginación.

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  4. Muy cortica.. pense q iba a ser mas detallada como la primera parte.. pero igual me gusto. Buena eleccion la de la foto.. Esa vieja es una hembra!!

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  5. jajajajajajajajajaj omitar, te ganó el afán... pero me gustó... es una realidad, y debe ser así, aunque para el kit, los trucos y el "yo pago" no hay que ser cuchibarbie... tengo 29 y he usado esas frases y técnicas!! jajaj un beso

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  6. sendos -das.
    1. Adjetivo distributivo que significa ‘uno para cada una de las personas o cosas mencionadas’. Por su propia significación, se usa solo en plural.

    2. No debe emplearse como equivalente de dos o ambos, sin valor distributivo.

    3. En el habla popular de muchas zonas de América se usa con el sentido de ‘muy grande o descomunal’. Existen ejemplos similares en España, en textos del siglo XIX, pero es uso rechazado en la norma culta, tanto española como americana.

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  7. Está chévere pero esperaba algún punto de giro, ´depronto que pasara algo inesperado. Pero igual me gusto, me sentí identificado.

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  8. Muchas gracias por sus comentarios, y al señor (señora) anónim@ su corrección.

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